jueves, 28 de octubre de 2010

"Tanta paz lleves..."

… como descanso dejas. Se acabó la andadura de Jesús Giménez en el CD Puertollano. Por fin. Y me alegro. Y mucho. Y no hago una fiesta… porque no se la merece. Reconozco que en el día de ayer tuve un motivo más de alegría en mi vida. Tras dos años de auténtica tortura, tuve la suerte de escuchar que el señor Giménez ya se había desvinculado de la entidad.

Y me alegré porque por fin “mi equipo”, repito, “mi equipo” se había quitado un gran peso de encima. Porque en mi club solo quiero gente honrada. Gente que puede ser el peor o mejor entrenador, peor o mejor secretario técnico, peor o mejor fisio, peor o mejor médico y peor o mejor jugador pero, a pesar de ello, prefiero gente honrada a gente sin escrúpulos.

Me alegré porque su salida es un bien para el club. Y simplemente quiero eso, lo mejor para mi club. Sin más. Se marcha el “profesional”, el mismo que se reía y se jactaba de haberme tenido que atender en pleno verano cuando vestía yo con camiseta, bermudas y chanclas… cuando puso su culo en la silla presidencial. Supongo que algún día podrá perdonarme el señor ministro… de traje y corbata un día sí otro también… (¡Ah no! Que él no usaba traje)

Todavía presume de haber traído aquí grandes jugadores, como Tariq, Granada, Óscar Ventaja (¡uy perdón!, que éste último no cuajó) y bien que lo agradecimos por las tardes de gloria que nos dieron. Eso sí, aquí estuvieron por un módico precio (¡uy perdón!, que no fue tan módico). Un precio muy por encima de las posibilidades que el club se podía permitir (tanta culpa suya como del que se lo permitió, pero ese es otro capítulo) y que al final, sumando unas cosas y otras, nos deja una deuda para un club como el Puertollano de más de un millón doscientos mil euros, que se dice pronto.

A él le agradeceremos siempre gran parte de la deuda de la entidad, solamente por pagar a determinados jugadores la módica cantidad (¡uy perdón! Me volví a equivocar, que no era tan módica) de seis mil euros a jugadores que ahora disputan partidos por menos de la mitad, o que simplemente, ni juegan en sus actuales equipos… Como tendremos que agradecerle sus “caprichos” que supusieron engordar un poquito más la deuda del club, y que bien caro nos está costando…

Pero tanta alegría al final se “jode” (perdonen la expresión), ya que me molesta de sobremanera que no solo ha contribuido de gran manera a la ruina económica del club, sino que además se lleva cincuenta mil euros. Sí, han leído bien, aunque se lo pongo en número que parece que llama más la atención: 50.000 €. ¿Ven? ¡Habían entendido bien! Y eso que, dentro de lo malo, estaba más o menos conforme (dentro de mi “cabreo”) cuando me dijeron que se le iba a pagar lo que se le ofrecía (20.000 €) y algo más. ¡Joder con el algo más! ¡Más del doble! ¡30.000 € más! “Casi ná”…

Y para colmo de los colmos… resulta que se permite el “lujo” de poner en duda los conocimientos de los actuales gestores de la parcela deportiva… ¡y lo hace la misma persona que se encargó públicamente de repetir, casi hasta la saciedad, lo mucho que quería a este club y miren donde lo ha dejado! No seré yo quien, ahora, defienda la capacidad de esos gestores actuales, porque habrá que hacerlo con el paso del tiempo, pero por lo menos, hasta ahora, me han demostrado una honradez que él no me demostró desde que llegó a éste, “mi club”.

Reconozco que toda la felicidad al enterarme de su salida se ha transformado en rabia al enterarme, esta mañana, del acuerdo económico al que llegó con el club. Por eso pido disculpas por el tono de esta “columna de opinión” y por las palabras mal sonantes, pero es lo que tiene ser “no profesional” (¿verdad señor Giménez?) que uno no tiene la exquisitez ni la verborrea de otros compañeros (tremendamente profesionales según usted) y encima trabaja para un medio que permite libertad de expresión, y del cual, al día de hoy, “no me ha llevado un duro, al revés, me ha costado dinero” y lo digo con mucho orgullo y bien alto… Por tanto, mi no profesionalidad me lleva a escribir así de mal, pero me queda la conciencia muy tranquila porque al final el tiempo pone a cada uno en su sitio y el suyo, desde ayer, afortunadamente, está lejos del equipo de mi ciudad, al cual seguiré defendiendo con orgullo aquí o allá donde esté. Porque usted se larga, pero los demás nos quedamos para seguir contando, de la mejor manera que sepamos, a pesar de cometer muchos errores, el día a día del CD Puertollano, llegue o no el grupo inversor, que conviene no olvidar que en caso de aterrizar es, entre otras cosas, para paliar la deuda que se arrastra de años anteriores. Pero alguno seguirá pensando que todo lo ha hecho bien…

Por tanto, señor Giménez, y pese a todo, “tanta paz lleve, como descanso deja”…

lunes, 25 de octubre de 2010

"Un regreso poco gratificante"

El domingo, después de mucho, mucho, mucho tiempo, volvía al pabellón Luis Casimiro. Son muchas las razones por las que no he acudido con anterioridad, las cuales son de sobra conocidas por todos y cada uno de los que conozcan el funcionamiento de esta página web y de los que conozcan mi situación personal, laboralmente hablando.

Dichas razones han sido entendidas por la mayoría, respetadas aunque no compartidas por la minoría y no entendidas por la otra minoría, algo que sinceramente, a estas alturas, ya me da un poco lo mismo, porque a veces hablar con determinadas personas es como si hablaras con una pared, que no atiende ni quiere atender a razones.

Dicho esto, debo reconocer que volví a la pista en la que tanto baloncesto he visto y del que tanto he disfrutado con la ilusión de volver a reengancharme, de volver a ilusionarme. Con las ganas que el presidente de la entidad, Miguel Ángel Espinosa, ha querido y sabido contagiarme, dispuesto a realizar recortes casi imposibles a mi vida personal para ir siempre que pueda y que el deporte del fútbol y otras obligaciones personales, me lo impidan.

Allí estuve departiendo con mi compañero Ángel Moreno y viendo las evoluciones de un partido que me dejó un sabor agridulce porque esperaba mucho más del CD Puertollano. Mucho más. Me habían contado tantas cosas buenas del equipo que casi me esperaba una victoria aplastante ante un equipo que encima invitaba a ver gente como Fran o Carlos Tomás que siempre han tenido (y tienen) un trato exquisito hacia mi persona. El Basket Cervantes, con todos mis respetos, está condenado a pasar apuros aunque ojalá me equivoque, puesto que sería una alegría para mí viendo salvarse a gente como la ya mencionada, porque solo puedo desearles la mayor de las suertes.

Respecto al Puertollano, lo que ya he dicho. Me decepcionó. Por supuesto que los puristas o aquellos que no quieren entender una mera opinión personal, podrán decir, y además con toda la razón del mundo, que no se pueden sacar conclusiones al haber presenciado la segunda parte de un partido. Así es, pero las saqué. No me gustó, no me motivó y quiero y deseo que mejoren. Porque quiero lo mejor para el equipo de mi ciudad, independientemente de quien lo presida, o si quien está en el banquillo me parece mejor o peor entrenador, o mejor o peor persona. Porque esté quien esté, siempre querré lo mejor para los equipos de mi pueblo. Y siempre defenderé a los jugadores que formen la plantilla, porque para mí serán los mejores. Y si son capaces (todos los estamentos del club) de aceptar las críticas como constructivas, mejor que mejor.

Sí que me gustó poder saludar a gente que hacía tiempo que no veía, y que me esperaron hasta el final de las ruedas de prensa para saludarme (ellos saben quien son) al igual que me gustó saludar a los ex jugadores del Basket Puertollano y CB Puertollano con los que tantos partidos he compartido, con muchas alegrías y algunas decepciones, pero que nunca tuvieron un mal comportamiento ni un mal gesto hacia mi.

Precisamente fueron esas personas las que me incitaron a no perderme ni un partido de baloncesto, aunque también debo reconocer que en épocas pasadas, solo me dedicaba al deporte del fútbol y del baloncesto (crónicas y previas) para un medio de comunicación y todo me resultaba mucho más cómodo y disponía de mucho más tiempo. Ahora todo es distinto. Por eso quizá no me sentí tan cómodo. Quizá por eso no sentí el pabellón Luis Casimiro como si fuera mi casa.

Quizá por eso, y porque el trato dispensado no tiene nada que ver con lo que fue cuando no me perdía ni un partido. Por eso, y por la envidia sana que siento al ver cómo se trata ahora a Ángel Moreno (¡ole tus cojones!) al ser el encargado de no faltar a ningún partido. Algo que condiciona, y mucho el trato hacia los medios. Algo lógico si me apuran y respetable por supuesto. Algo que yo demandé en su día. Algo que conseguí en su día. Algo que debe servir, además, para recordar a más de uno (que repito que se ha propuesto no querer entenderlo) que unos viven de los medios, y otros no (en mi caso).

Y casi finalizo diciendo que eché en falta en la grada a una persona que por vivir el baloncesto como lo ha vivido se ha llevado más de una “leche” y más de un dolor de cabeza. Pero creo que el tiempo lo curará todo y que algún día volverá, no sé si con la actual junta directiva o con las futuras, pero espero que sea pronto, porque las gradas del pabellón le echan de menos. Y ciertas cuestiones tienen que quedar habladas y aparcadas por el bien del deporte de la canasta local. Pero por supuesto, que cuenta con todo el respeto del mundo haga lo que haga.

Por tanto, valga esta opinión firmada como expresión de unas sensaciones que distan mucho de lo que me esperaba. Una pena. Porque al fin y al cabo tengo que dar la razón a más de uno respecto a la actitud y forma de ser de determinadas personas. Suerte al CD Puertollano, porque lo deseo de corazón. El que quiera entender, que entienda…