miércoles, 14 de abril de 2010

Leccion de dignidad

(Publicada en el Dia de Ciudad Real el 13/04/2010)

El fin de semana ha sido, para el deporte en Puertollano, perfecto. La pena es que la atención se haya desviado más allá de la parcela meramente deportiva y haya estado centrada en las medidas de protesta de la plantilla de la UD Puertollano hacia la gestión de su presidente, quien al frente del club, adeuda cinco mensualidades a sus jugadores. A los mismos que siguen dando lecciones de dignidad vayan donde vayan.

Se podía haber hablado del nuevo paso de gigante hacia la División de Plata del fútbol sala femenino tras vencer 1-3 al San Víctor. O de la victoria del equipo masculino en Ibiza por 1-4 que le daba la clasificación matemática para la fase de ascenso a la máxima división del fútbol sala nacional.

O también se podía estar hablando del triunfo de los chicos de Cruz David Fernández después de muchas jornadas. Vencían al CB Ocaña, consiguiendo también de manera matemática su permanencia en la Primera División Nacional de Baloncesto. O, mucho mejor si me apuran, se podía estar hablando del gran campeonato realizado por su equipo junior. Esos jóvenes que perdieron de un punto ante el Cuenca en la final disputada en Manzanares pero que le permite y al campeonato nacional que se disputará próximamente en Madrid, demostrando de esta manera que a base de cantera, el nombre de Puertollano también puede ser proclamado con orgullos sin desembolsos estratosféricos.

O mejor aun, con todos los respetos a los mas jóvenes del deporte de la canasta. Se podía estar hablando de los tres héroes del maratón de las arenas: Julio Gómez, José Carlos Olmos o Pepe Fernández. Esos héroes que han conseguido que, como equipo, hayan terminado en una dignísima segunda posición, además de grandes números personales (Julio Gómez acaba en la novena plaza de la general, acabando como primer español) ¡Casi nada!

Pero no. Solo se habló de Navarro y su gestión. Y no me canso de repetirlo, de la lección de dignidad que cada jornada dan los azules. Los jugadores por supuesto. Una dignidad que se perdió en las altas esferas hace mucho, casi dos años. Una dignidad que debería ser la bandera de un club con la solera de la UD Puertollano. Una dignidad que, para algunas personas, pasa por su salida del club azul. Dicen que una retirada a tiempo es una victoria… Espero que no sea demasiado tarde.

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