martes, 17 de agosto de 2010

"Tipos de despedida"

Siempre hemos dicho, y yo soy una de esas personas que lo ha repetido hasta la saciedad, que los presidentes, jugadores y entrenadores pasan, y que lo queda es el club. Por encima de todo afortunadamente.

Y dentro de ese grupo de jugadores, entrenadores y presidentes, siempre hay algunos que calan más, algunos que pasan de manera efímera por el club, y algunos que acaban siendo símbolos del club con el paso de los años. Lamentablemente, el fútbol no tiene memoria, por lo menos a corto plazo. Porque quiero pensar que en un futuro, habrá entrenadores con los que seremos más justos de lo que se ha sido (me refiero, por ejemplo, a Sánchez de la Nieta). Y habrá jugadores que tendrán su particular homenaje con el paso del tiempo y que creo que lo han merecido no solo por ser mejores o peores futbolistas, sino por lo que han significado para el club, para el vestuario, o para la afición (me refiero, por ejemplo, a Manolo o Richard).

Luego hay jugadores que pasan por el club sin pena ni gloria. Que llegan, aportan lo justo, se involucran lo justo, cobran hasta el último céntimo de euro (están en su derecho, eso no es criticable) y que no reciben ni una sola crítica a pesar de que, allá por donde van, no van precisamente hablando maravillas de nuestra ciudad ni de la afición. Incluso algún jugador que ha pasado por el club ha terminado diciendo: “joder, no tiene nada que ver con lo que habían contado. Aquí se está muy bien y la afición es la leche”. Llegan mal asesorados por esos jugadores que se marchan indemnes de Puertollano. Me refiero, por ejemplo, a Oscar Ventaja (y muchos más)

Y luego está ese grupo de jugadores que “calan” a pesar de estar dos o tres años nada más en el club (que tal y como está el fútbol hoy en día no está mal aguantar dos o tres temporadas en el mismo club). Me refiero, por poner el ejemplo más reciente a gente como Encinas, Valdés o Encinas…

Tres jugadores que han sido, y son, queridos por la afición. Del último nada les digo porque ya se le conoce. Su fuerte carácter y su competitividad le han hecho, en ocasiones, mandar un mensajito a la grada. Algo que, lógicamente, se le ha criticado pero que tiene todo el derecho de clemencia. Más que nada, porque una reacción de un segundo no puede empañar horas y días de implicación con una ciudad, un proyecto, un club y una afición. Si ustedes pudieran conocerle más y hubieran leído o escuchado sus declaraciones, sabrían que tanto él como su familia están de lujo en Puertollano. Que se sienten queridos y respetados. Y que pese a los problemas económicos que ha atravesado, ha tenido como primera opción, Puertollano.

También está Valdés. Ese jugador que ha luchado con el “8” a la espalda durante estos años y que ha sido querido, adorado y venerado por un gran sector de la afición. Y que a pesar de no ser un prodigio defendiendo y que en determinados partidos parecía como ausente, nos ha dado grandes tardes, goles importantes y ha conseguido ser el jugador más regular, para la mayoría, en estos últimos tiempos. A pesar de las lógicas discrepancias… porque nunca llueve a gusto de todos. Esta temporada vendrá a Puertollano defendiendo la camiseta del Jaén. A todos nos habría gustado verle con la camiseta de nuestro equipo, pero las diferencias económicas pesaron demasiado en las negociaciones. Volverá y será recibido como lo que ha sido para muchos, un héroe. Por cierto, al bueno de Valdés también se le fue una vez el dedo a la boca tras marcar un gol… y tuvo la mala suerte de ser pillado por una cámara, aunque la instantánea no fuera publicada. Una clara demostración de que todos cometemos errores pero se nos debe enjuiciar por el todo, no por una acción aislada.

Y finalizo con Calleja, con quien creo que se ha sido injusto en las críticas. No estaba yo en el momento en el que “presuntamente” dijo algunos “improperios” sobre la afición y la ciudad. Digo “presuntamente” porque, en principio, públicamente solo se conoció la versión de un directivo (con quien el portero tuvo sus más y sus menos por otros asuntos) a un compañero de los medios de comunicación. Yo luego hablé con Calleja. Y él me lo negó. Y luego se le pudo leer en un comunicado que mandó a todos los medios por igual. Cada uno que saque sus conclusiones. Pero yo, este caso, lo analizo igual que en el caso de Valdés. Calleja se merece algo más y mejor que salir de aquí por la puerta de atrás. Porque aunque me lo ha dicho mil veces, es una persona que estaba y está encantada con Puertollano, donde deja muchos amigos y con la que se sentía totalmente identificado. Si analizamos el tiempo que ha estado aquí, con sus aciertos, sus errores, sus paradas, su implicación, su capitanía… creo que se merece el título de persona “grata”.

Se le puede criticar que haya estado más o menos acertado como portero, incluso que los engaños anteriores a ex compañeros suyos le hiciera llegar a Puertollano con una máquina de contar billetes (porque Puertollano no es como otros lugares), pero no su implicación con la ciudad, el club y la ciudad. Eso no es criticable porque no se lo merece. Porque no sería justo. Al final, como Valdés, no renovó porque no llegó a un acuerdo con la nueva dirección deportiva, pero lo que no es justo es que se le acribillara a críticas destructivas como las que recibió. Por supuesto, lo mío es simplemente una opinión después de conocer ambas versiones y analizando al jugador por el tiempo, en conjunto, que ha estado en nuestra ciudad defendiendo, con exquisita profesionalidad, nuestros colores.

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